La palta (o aguacate) es famosa por su textura cremosa y sabor delicado, pero también por lo difícil que es conservarla. ¿Cómo hacen los exportadores para que llegue intacta a mercados lejanos como Europa o Asia? La respuesta está en un proceso fascinante: la congelación industrial.
Congelar para conquistar el mundo
- La clave está en el tiempo: la palta se congela justo en su punto óptimo de madurez. Si se hace antes, pierde sabor; si se hace después, se vuelve pastosa.
- Troceada o en puré: se puede congelar en cubos, láminas o como guacamole base. Cada formato tiene su propio mercado: los trozos son ideales para ensaladas y bowls, mientras que el puré se usa en salsas, dips y productos listos para consumir.
- Antioxidantes naturales: antes de congelarla, se le añade jugo de limón o ácido ascórbico para evitar que se oxide y se ponga marrón.
- Congelación rápida (IQF): se usa tecnología de congelación individual rápida (Individual Quick Freezing), que evita que los trozos se peguen y mantiene la textura original.
Empaque que protege
- Bolsas herméticas y atmósfera modificada: el empaque no solo conserva, también comunica calidad. Se usan bolsas resistentes al frío y atmósferas con bajo oxígeno para prolongar la vida útil.
- Etiquetas con trazabilidad: cada lote lleva información sobre origen, fecha de congelación y tipo de tratamiento. Esto genera confianza en mercados exigentes como el europeo.
Exportar palta congelada: una oportunidad verde
Chile, Perú y México lideran este tipo de exportación. La palta congelada permite aprovechar excedentes de producción, reducir desperdicios y abrir nuevos nichos como el food service, la cosmética y la industria farmacéutica.
Fuentes
- Avocados From Mexico – IQF Avocado Processing
- Fresh Del Monte – Avocado Products
- Food Safety Magazine – Preventing Avocado Browning
- ProChile – Exportación de Palta Procesada
